La segunda década del siglo XXI ha supuesto una sacudida para el sector del consumo y la generación de energía eléctrica. La pandemia y el estallido de la guerra de Ucrania pusieron patas arriba los precios y los mercados energéticos. Ambos eventos han sido dos aceleradores que se unieron al reto ya preimpuesto de la descarbonización del consumo y la industria con el fin de mejorar la eficiencia y la independencia competitiva.
