Sucedió esta semana una historia chiquitita que no ocupó grandes titulares, pero que explica en lo que quieren convertir Madrid más que una entrevista a su alcalde. Para entenderla hay que rebobinar un poco. Hace seis años, un artista anónimo que se hace llamar Basket of Nean cambió el grafiti por las teselas y empezó a alicatar las calles de Madrid. Salpicó las paredes de pequeños cuadros de aspecto pixelado, como de videojuego retro. No es el único punto en común con el mundo gamer.
