Felipe, de 61 años, murió el pasado 7 septiembre en la localidad riojana de Haro (11.000 habitantes), después de haber recibido una gran cantidad de golpes. Encontraron su cuerpo en su vivienda, en plenas fiestas de la Virgen de la Vega, y quienes le habían matado hicieron todo lo posible para que no se llegara hasta ellos. Cinco meses después, la Guardia Civil ha detenido a cinco personas por el asesinato de Felipe, conocido en el municipio como el Caganidos y dedicado a la venta de pequeñas dosis de droga. Los supuestos autores conocían a su víctima. Siguieron sus movimientos por la localidad aquella noche y, cuando llegó el momento oportuno, le esperaron en el rellano de su bloque y le abordaron al salir del ascensor, con los rostros cubiertos con pasamontañas. Le golpearon “con violencia extrema” hasta conseguir lo que venían buscando, explican fuentes conocedoras de la investigación. El móvil fue el robo de dinero y sustancias estupefacientes, según ha informado este miércoles la Guardia Civil.
